Los beneficios de un masaje relajante actúan tanto a nivel físico y terapéutico como a nivel emocional.
Los masajes relajantes se suelen acompañar con recursos externos que aumentan la sensación de placer, calma y relax. Por ejemplo, un masaje relajante generalmente se lleva a cabo en un escenario específico con decoración simple, donde se aprecie música relajante, una luz tenue, velas y aromas, y que en definitiva, transmita paz y tranquilidad.
Si te has dado un masaje relajante antes, probablemente identifiques algunos de los beneficios que destacamos a continuación:
- Relaja el cuerpo y la mente, promoviendo la respiración profunda y eliminando el sentimiento de ansiedad.
- Reduce y elimina dolores musculares, como nudos, tirones o contracturas.
- Fortalece la circulación sanguínea, aumentando así el aporte de oxígeno en los órganos y tejidos.
- Mejora el sistema nervioso.
- Crea un sentimiento de bienestar.
- Ayuda a la eliminación de toxinas y células muertas, gracias a una mayor cantidad de flujo del líquido linfático, que logra una piel más sana, suave y bonita.
- Recobra energía y cansancio acumulado (promovido por estrés, ejercicio o esfuerzo físico).
- Contribuye a la digestión de nutrientes y eliminación de desechos.
- Aumenta las defensas naturales.
- Estimula el apetito sexual, debido a que mejora ámbitos como el autoestima y la energía vital.
A pesar de todos estas ventajas, por temas de salud, es importante recordar que tendrán que abstenerse de darse masajes las personas que:
- Sufren una enfermedad vasculares, como tromboflebitis.
- Han sido sometidas a alguna operación delicada de columna o espalda.
- Padecen alguna enfermedad de la piel, o tienen heridas abiertas, fracturas, fisuras o enfermedades hemorrágicas.
- Se encuentran en la fase clave de una enfermedades neumática.